Entre el invierno y la primavera

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Ayer salieron los jóvenes a los bosques de Palermo, y con ellos los primeros verdes, los brotes, las flores, los frutos, las mariposas y los soles que calientan en serio. Y todos nos fuimos a dormir convencidos de que la primavera había comenzado. Sin embargo, hoy despertamos tiritando, confundidos, en un invierno gris. “¿Otra vez? ¿Qué pasó? ¿En qué estación estamos?” Es posible que no estemos en ninguna. Tal vez, estamos en una zona de transición, en un breve instante entre la larva y la mariposa, entre el pimpollo y la flor, cuando el ser no es ni una cosa ni la otra. Para los científicos, que desestiman la sensación térmica y miden temperaturas “objetivas”, este punto indeterminado no es posible y seguimos en invierno. Calculan reloj en mano que el comienzo de la estación en el hemisferio sucederá mañana 23 de septiembre exactamente a las 6.05 hora argentina, con el fenómeno astronómico denominado equinoccio de septiembre. Suponen que la naturaleza seguirá comportándose según las regularidades que vienen observando. Pero incluso si es así, congelados en la hora señalada, cuando ni una infinitésima de segundo pase la línea de las 6.05, ¿estaremos en el último instante del invierno, en el primero de la primavera, en ambas estaciones o en ninguna?

Intentaremos resolver este problema recurriendo a la mitología griega. Cuentan que Hades, Dios del mundo de los muertos, raptó en su temible carro tirado por caballos a la linda Perséfone, hija del Dios Zeus y la Diosa Deméter. La madre cuando descubrió que su hija estaba en el inframundo, después de revolver cada recoveco del mundo, sufrió una grave depresión y dejó de fecundar la tierra. Entonces Zeus, más para alegrar a la esposa que por amor a la hija, decidió negociar con Hades. Acordaron que Perséfone pasaría seis meses en el infierno con su nuevo esposo y los siguiente seis con su madre. Desde entonces, todos los años cuando sale del inframundo, su madre corre a abrazarla, y a abrazarnos, la sangre y la savia se revolucionan, renacen las flores y las mariposas. Ayer, 21 de septiembre, Deméter la vio salir y sonrió. Hoy, 22 de septiembre, Perséfone se da vuelta para despedir a Hades. Aún está entre ambos mundos, con un pie en el infierno (o invierno) y otro en la tierra. Pero mañana, si los Dioses quieren, volverá con nosotros. Eso aseguran los científicos.

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